jueves, diciembre 18, 2008

Confianza y liderazgo

El liderazgo es una cuestión de confianza, no de poder. El poder sólo puede (Nietzsche) gobernar con la ayuda de carceleros. El liderazgo es un hecho moral, no una imposición. De ahí que se base en la confianza. Y, como todo hecho moral, remite insoslayablemente a determinados planteamientos éticos previos. Sin ética no hay confianza ni liderazgo. Sólo cárceles. Sólo poder. 

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lunes, diciembre 15, 2008

Los excesos de la moral

Hace poco, en un aquelarre prenavideño al que asistía por motivos profesionales, algunos de los comensales bienpensantes comentaban con preocupación las recientes algaradas callejeras de Grecia y otras ciudades europeas. Violencia antisistema, decían. Los jóvenes han perdido el rumbo, comentaban. Crisis de los valores, diagnosticaban. Precisamente, lo que ha incendiado las hogueras en las calles no ha sido una falta de valores. Más bien, un exceso de moral. De expectativas morales defraudadas. De rechazo ciego a la hipocresía social. Eso lo sabía bien Robespierre, el Incorruptible, al instaurar el régimen del Terror. Ese sabor del desencanto de quien ha creído en una idea hasta las últimas consecuencias lo conocen todos los revolucionarios consecuentes que han llevado sus propuestas hasta el extremo. Lo explica elocuentemente Camus en una obra de teatro, 'Los justos'.

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domingo, diciembre 07, 2008

Acentos

He empezado a escuchar en el móvil, camino del curro, archivo por archivo, una colección de temas de Navidad; gregoriano, monjes de Silos. Es una música áspera, de la que no he empezado a disfrutar hasta que caí en la cuenta de que esas notas tienen más de 1.000 años. En un mundo que ha malbaratado la alegría (gozar es ir de compras, como dice Sabato), el hecho de la Navidad es absurdo. No tiene sentido. Sólo se mantiene en pie su carcasa vacía, por inercia. También, por pura voluntad. Pero sin pasión. Para los monjes benedictinos del siglo XI, y para los seres humanos contemporáneos, el hecho de la Navidad era, ni más ni menos, que una teofanía, una manifestación de lo divino... Consistente en que Dios, con toda su fuerza terrible, se hace uno de los nuestros. Un asunto serio. Inaprehensible. Trascendente. Por encima del entendimiento natural. Sobrenatural. Pero no triste. Tras el estupor inicial que provoca caer en la cuenta de un hecho tan inabarcable, rompe la alegría. La alegría de saberse visitados por Dios. Ése es el acento que explica la cadencia del canto gregoriano de Navidad. 

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jueves, diciembre 04, 2008

Consejos

Una vez le dieron a Corto Maltés un consejo muy útil: "Nunca camines por el centro de una calle iluminada". Qué seguridad ofrece la penumbra. Aún ahora, cuando ya son menos frecuentes las madrugadas de comunismo tabernario, al salir de noche del trabajo, sigo mis habituales itinerarios de calles secundarias, y asumo, como un mantra corporal, meterme en las sombras de la acera. Sí, le dieron un buen consejo al viejo Corto. ¡Bendito Hugo Pratt!

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