martes, octubre 30, 2007

Vacaciones

El trabajo, separado del arte, es un veneno. Esa percepción es importante para afrontar cada tarea, cada jornada, porque explica la belleza sin firma de las iglesias románicas. La necesidad de vacaciones nace de ahí. Porque ya no hay artesanos. Por eso, en la era preindustrial no había vacaciones. Por eso, en los primeros tiempos de la era industrial, los obreros tuvieron que conquistar el ocio a precio de sangre. Por eso, las vacaciones deben ser un tiempo sagrado. Una pena, quemarlas en la idiocia ante la pantalla del televisor. Una tragedia, sufrir porque no se sabe qué hacer cuando llega ese regalo: los esclavos no saben qué hacer con su libertad cuando ésta llega de repente. Jáuregui, Juicio a los humanos: las vacaciones también son una vuelta al Edén, un retorno a la naturaleza; la playa, la montaña, el aire libre, el mar.

Etiquetas:

domingo, octubre 28, 2007

Claridad mental

Actuar fuera del grupo significa quedar relegado, aislado, superado, pisado. Eso no es importante, si se tiene claro el porqué. Sólo mediante la inteligencia se puede superar la embestida de los vándalos (Boecio).

Etiquetas: , ,

viernes, octubre 26, 2007

Teselas

La tecnología de lo rápido. Demasiado solos, demasiado miedo, demasiado rápido. La rapidez no es una causa, sino una consecuencia de la soledad. El individuo contemporáneo se cree soberano del mundo pero no está dispuesto a compartir el trono con nadie. Esa soledad de las digestiones pesadas (Baudrillard y su estado posterior a la orgía) provoca pesadillas. Pesadillas para las que no está preparado un corazón adolescente, como es del de los seres humanos del mundo opulento del siglo XXI. Es ésta una era mosaico, configurada por miles de millones de teselas. Cada individuo es una propuesta; cada propuesta, una tesela. Se han hundido los continentes y sólo quedan islas. Sólo quien sea capaz de aprender el arte de navegar, de vencer el a-islamiento, será capaz de sobrevivir.

Etiquetas:

domingo, octubre 21, 2007

Incendio

¿Por qué no salta la chispa del incendio social? Porque ya nadie se juega el cuello por nada. Porque todos se sienten sobornados. Sólo habrá lucha cuando se pueda volver a mirar a los ojos al patrón. En la cara de los inmigrantes que asaltan vallas, llegan en pateras, se cuelan por los aeropuertos, duermen en autobuses que pasan por la Junquera y venden cleenex en los semáforos sí se percibe, en cambio, esa mirada. Una mirada que arderá mientras siga insobornada. En las llamas de los coches incendiados de los barrios de Francia hay algo de venganza contra los padres, por haberse dejado sobornar.

Etiquetas:

jueves, octubre 18, 2007

Pensar

Quizá no lo esté haciendo mal. Quizá mi comportamiento cotidiano sea ese comportamiento excepcional que busco en las ideas. Quizá ocurre que ya hago lo que busco conocer, lo que quiero dominar. Porque sé pensar. Y eso es, hoy, excepcional. Quien sabe pensar domina los acontecimientos. Detrás de todo eso hay una cierta ética, puesto que a veces (Steinbeck) a los hombres les gusta ser estúpidos con tal de poder hacer algo que les prohíbe su inteligencia. A su vez, cierta ética es indisociable de un sentido épico de la existencia. La épica de la hospitalidad. La idea de comportarnos como huéspedes (Steiner, Pablo, la hospitalidad homérica), como invitados unos de los otros en esta tierra, que deriva en una confluencia paradójicamente nietzscheana: la actitud sumamente aristocrática de no torturar a los demás. Por eso (otra vez Steinbeck) sólo se puede ser bueno cuando se siente la necesidad de ser perfecto. De ahí que, en el análisis de los orígenes del cristianismo, la ética sea, sobre todo, de naturaleza política; lo que encaja perfectamente con el momento luminar del helenismo y su influencia sobre Roma: si el emperador es Soter, Salvador, es lógico que el Estado reaccione, en un momento dado, contra quienes presenten otro Soter, otro Salvador, a los ojos del mundo. Un Soter real, de carne y hueso. Cualquier cosa menos un místico: he ahí una de las claves de la subversión jesuática. Y de las que mejor explican su peligrosidad.

Etiquetas: , , ,

lunes, octubre 15, 2007

Símbolos

Los símbolos son marcas de reconocimiento, maneras de dibujar la propia identidad. Hoy clamamos por símbolos en los que reconocernos porque, precisamente, los que nos son ofrecidos no sirven, no nos reconocemos en ellos. ¿Un futbolista galáctico? ¿Un atleta sexual? ¿Una banquera adicta al tranquimazín? Puesto que no hay símbolos vivos, buceemos en las leyendas. Puesto que la última vela del templo vacío ya se ha consumido, hagámonos de dioses que nos comprendan, nos amen, nos perdonen y aniquilen a nuestros enemigos. Qué viejo es ese relato. La historia no es cíclica: es la misma. De vez en cuando aparecen remolinos de ansiedad; ideas, libros, sensaciones. Todo eso cesa en un momento dado. Y no sé si se ha ido por el desagüe o lo he incorporado. Hay noches, como la del 31 de diciembre, en las que me siento como un azteca en la celebración de la gavilla de 52 años: es el fin del mundo, sólo postergable con sacrificios humanos. Pasa ante mí una sombra de terror. Por eso, el día siguiente siempre es luminoso; es la primera mañana del año, la primera mañana del mundo nuevo. Por eso la angustia de esa noche es tan terrible.

Etiquetas:

domingo, octubre 14, 2007

Ptolomeo

Vivimos en mundos superpuestos. Los habitantes de cada capa de la gran cebolla cósmica sólo conocen a sus compañeros de horizonte, nunca a los de arriba; ni tampoco a los de abajo. Es el triunfo de la visión ptolemaica del mundo como esferas concéntricas. Universos superpuestos que jamás se mezclarán. Por ende, la socialización de la democracia, ya que no es posible la de la riqueza, es falsa. Los clásicos de la denominada alta cultura literaria podrán estar a precios asequibles cada otoño en el quiosco, pero, ¿quién los sabe leer? Mundos concéntricos, que explican los esfuerzos de los poderosos por la ocultación del lumpen y la proliferación de policías privadas. Un planeta social atomizado en millones de tribus incomunicadas entre sí y que comparten el espejismo nivelador de la televisión. El estudio de esa estratigrafía se llama historia.

Etiquetas: