Cada día
Cada día. Esa es la unidad de tiempo esencial. El pan de cada día. Eso es lo que hay que ganarse. Y por él se pide, no por el del mes que viene, o el del año próximo, en la única oración que (decía Simone Weil) puede ser compartida por cualquier ser humano. El sustento de hoy, no el de mañana: ésa es la meta de cada amanecer. Domar esta idea es conquistar la serenidad.
Etiquetas: Antropología, Confianza, Ética, Religión, Vivir
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