domingo, enero 23, 2011

Respuestas imperfectas

Me gusta la consistencia del discurso intelectual de Raztinger, hoy Benedicto XVI. La precisión del encaje de las piezas, la inteligencia en la elección del momento para utilizarlas en cada recodo del razonamiento planteado. En estos tiempos de abajofirmantes y masticadores de ideas de segunda mano, lo de menos es estar o no de acuerdo con Ratzinger, incluso con el Ratzinger que de vez en cuando asoma bajo Benedicto XVI. A estas alturas, no busco precisamente estar o no de acuerdo con nadie, ni la talla intelectual de nadie depende de mi aquiescencia, ni de la la de nadie, a sus postulados. Cualquier interlocución de verdad es ya de por sí un regalo. Bien. Ratzinger, en su desglose análitico de la silueta del cristianismo en el contexto de la pluralidad religiosa (Fe, verdad y tolerancia) me ha hecho caer en la cuenta de que, efectivamente, en el cristianismo, en la tradición profética en la que se inserta, lo importante no es tanto el grado de perfección de las personas, el acceso a los delicados conceptos del mundo superior, sino la acción de Dios y la respuesta personal a esa acción. Una acción datable, identificable. Una acción histórica. Lo importante, entonces, no es ya entender la historia del cristianismo, su fenomenología religiosa. Lo importante es el binomio que forman historia y cristianismo; vale decir, el conocimiento histórico de la acción de Dios y la respuesta, imperfecta pero innegable, ante ella.

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1 Comments:

Anonymous Miguel Estrada Pérez-Carasa said...

Del nuevo Papa,sí tuve una respuesta perfecta que apaciguó la hostilidad ante los disparates históricos o actuales de la Iglesia que motivaron preguntas insidiosas sobre ella.Para todas dio una respuesta hermosa: Jesús la ama.

Salud, amigo.

11:39 p. m.  

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