lunes, julio 19, 2010

Alergias

Las alergias son un fenómeno frecuente, se dice, en las sociedades opulentas, aquellas en las que la gente muere porque les sobra colesterol. Donde falta colesterol, donde hay hambrunas y pobreza, no hay alergias, se dice. También en lo espiritual son frecuentes las reacciones alérgicas, las estrategias desaforadas de defensa inmunológica, entre la gente que vive en el sedicente lado bueno del planeta. Eso que se ha dado en llamar el malestar de la cultura contemporánea va por ahí. Pero también hay manifestaciones de este fenómeno en lo cotidiano, especialmente en las ciudades, donde el aislamiento es más feroz que en lo que va quedando del mundo rural. La desazón en el mundo laboral, la disconformidad con el sistema de recompensas y sanciones, la amargura por la falta de reconocimiento individual no son más que eso: reacciones de una memoria inmunológica antigua. Gritos en la noche reclamando atención sobre el sí mismo, angustia por la pérdida de la identidad personal. Estamos dejando de ser personas porque ya no poseemos nuestra propia identidad; y la memoria espiritual-biológica se rebela contra eso. Como contrapeso a ese proceso de anomia, nos refugiamos en el espejo: nos miramos más que nunca a nosotros mismos, queremos asegurarnos de que seguimos estando ahí. Cuando se entiende que esas formas de egoísmo no son más que miedo a desvanecerse y desaparecer, esos seres encerrados en sí mismos ya no atraen sobre sí la reprobación, ni el juicio, ni la condena. Tan sólo la piedad.

Etiquetas: , , ,