domingo, abril 19, 2009

El talento

Poner el talento propio al servicio de otros. Así vive mucha gente. Ésa es su utilidad en el mundo. Quien nace sin riquezas, no puede crear para sí mismo. Tiene que vender su luz a los demás. Ahora bien, ¿un artista venderá lo que ha recibido gratis? Ahí responde que no la inmensidad de la virtud que sólo sabe hacer regalos. Un artista nunca es pobre, como dijo una vez Karen Blixen. Entonces, esa actividad mercenaria se hace leve, toma el carácter de un cierto pasatiempo, de acontecimiento de interés meramente deportivo. De entretenimiento invernal. De divertimento.

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