Lo malo de no estar en ninguna parte
Cuando una ciudad arde en fiestas, sólo hay dos opciones sensatas: unirse a la hoguera o largarse. Lo peor es no hacer ninguna de las dos cosas y quedarse. Esta foto muestra lo que, para quienes hemos estado trabajando en Semana Santa, se interponía entre el queme del curro y la vuelta a casa. O el sesteo postprandial y la ida a la oficina. Cofradías en la calle. Multitudes, sonidos, olores, alfilerazos en la sensibilidad, anestesiada contra natura, contra-corriente.
Etiquetas: Antropología, Sociologia, Vivir
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