miércoles, julio 22, 2009

El instinto de las gallinas

Copio de Simone Weil y me estremezco: "Todos los seres humanos (...) a los que, en razón de mi amistad, haya podido dar la posibilidad de hacerme daño fácilmente, se han complacido en hacérmelo, ya haya sido de forma ocasional o con frecuencia, de forma consciente o inconsciente, pero todos alguna vez. Cuando reconocía que era consciente, cogía un cuchillo y cortaba la amistad, sin advertir por otra parte al interesado. No actuaban así por maldad, sino por efecto de ese fenómeno bien conocido que empuja a las gallinas, cuando advierten que una de ellas está herida, a arrojársele encima a picotazos. Todos los hombres llevan dentro de sí esa naturaleza animal que determina la actitud con sus semejantes, con su conocimiento y su adhesión o sin ellos". No es extraña al mundo la presencia del mal. Como tampoco, aunque sea más infrecuente, o menos visible, la del bien.

Etiquetas: , ,