sábado, octubre 18, 2008

Perros cojos

Cada ser humano es dueño de un perro cojo. Alguien a quien se ha adoptado, a quien se protege bajo las propias alas, por pura piedad ante el desvalimiento, a sabiendas de que, racionalmente, actuar así es un error. Es la chispa de bien que ilumina el rostro de la humanidad, aun en los seres más abyectos.

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