miércoles, octubre 22, 2008

Madurez biológica y madurez biográfica

Es frecuente, entre quienes no han recibido una adecuada atención durante la infancia (quizá porque quienes debían prestársela estaban muy ocupados escalando la montaña del triunfo social), que el carácter se quede estancado en visos, gestos y actitudes propias de la adolescencia. Ese comportamiento se manifiesta, ya en edades biológicamente maduras (la madurez biográfica, en estos casos, no existe), en una suerte de petulancia sobre la propia valía, siempre sobreestimada, y en prepotencia para exigir, como por derecho de conquista, el acceso a las riquezas del mundo.

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