viernes, octubre 09, 2009

Una palabra nueva

Hoy he aprendido una nueva palabra: workoholic. Me dice una amiga que trabaja en Bruselas que, en su entorno profesional, el término se usa con frecuencia en el mismo sentido que tiene la figura de quien es adicto al trabajo. Hay personas que, si nada ni nadie les espera a la salida del trabajo, prolongan la jornada laboral por pura inercia, más allá de sus obligaciones, para evitar los demonios de la soledad. El trabajo como refugio. El trabajo como terapia. El trabajo como droga. El trabajo como veneno. El trabajo como algo que ya no es trabajo y que un día fue compromiso en la transformación del mundo, obra de arte, artesanía, belleza.