Las dos ligas

Hay dos ligas para jugar en la sociedad occidental contemporánea: la sedicente de verdad, en la que las personas serias y maduras dejan a un lado la conciencia como un estorbo, y la de aquellos a quienes se les permite vivir conforme a su conciencia pero con tal de que lo hagan apartados del gran juego, relegados de las grandes decisiones que influyen en la marcha del mundo. Es una historia tan vieja como la de los dos caminos. Pero, ay de aquellos de quienes se atrevan a luchar por su conciencia en mitad del mundo, en el ágora y en las empresas, en el arte y en las ciencias. En la vida. El mundo de hoy los llamará pusilánimes. El de mañana, quizá los vea como héroes. O quizá para entonces ya no haya mundo siquiera por el que pelear.